“Es necesario propagar una atmósfera de terror. Tenemos que crear una impresión de dominación. Cualquiera que sea abierta, o secretamente, defensor del Frente Popular debe ser fusilado”
Son las instrucciones que el General Mola, conocido como El Director, desde Pamplona, da a los sublevados al día siguiente de la sublevación.
Llega el 18 de Julio. Las generaciones nacidas ya en la democracia, salvo excepciones, no saben que aquel día de 1936, los militares, dirigidos por Franco y Mola, se sublevaron. Dieron un golpe de estado contra el legítimo gobierno republicano. El golpe fracasó y llevaron al país a una guerra de tres años.
Su objetivo primero es aterrorizar, matar a toda aquella persona que defienda la legitimidad de quienes vencieron en las elecciones. A ello, a matar, se dedicaron desde el primer momento y eso hicieron en los 40 años de dictadura. Fusilaron hasta septiembre de 1975. Los datos que aportan historiadores/as hablan de 150.000 muertos en la guerra, 30.000 desaparecidos/as, 150.000 fusilados/as, 500.000 personas en campos de concentración, 200.000 exiliadas definitivamente, 13.000 en campos nazis, 300.000 personas destinadas al trabajo esclavo, 30.000 bebés robados a sus madres, 50.000 docentes y 450.000 trabajadores/as del sector público depurados/as y 60.000 personas encausadas por el Tribunal de Orden Público. Sumemos la censura impuesta, la falta de derechos, la prohibición de sindicatos y partidos, la dura represión sobre las mujeres,…
No hace mucho, en 2021, a través de un chat, supimos que un grupo de mandos militares en la reserva, seguían pensando en fusilar a 26 millones de españoles/as.
Todavía hace menos (noviembre 2024) que, en el Congreso, un diputado de VOX afirmó que “el franquismo fue una etapa de reconstrucción, reconciliación y progreso”.
Hace unos días, la ponencia política aprobada en el congreso del PP, bajo el epígrafe “Memoria, verdad, dignidad y justicia” explicita claramente que su compromiso es, tan solo, con las víctimas del terrorismo. Las del franquismo no existen.
Vaya por delante nuestra solidaridad con las víctimas del terrorismo. Nos hemos manifestado por todos y cada uno de los asesinatos terroristas. También nos manifestamos por los que cometió el terrorismo de estado de los GAL. Siempre, en todo momento, venga de donde venga, manifestamos nuestra condena y repudio absoluto del terrorismo. Pero al mismo tiempo expresamos nuestro respeto para sus víctimas y familiares.
Por eso nos produce asco y repulsa cada vez que, con la doble moral que le caracteriza, el PP utiliza para sacar rédito político a las víctimas del terrorismo. Recordamos su infame actuación el 11 M de 2004. El PP quiso utilizar los casi 200 muertos/as y los/as miles de heridos/as para ganar las elecciones que se celebraban 3 días después.
Afirman (pueden leerlo en la pag 17) que “no puede haber justicia ni reconciliación cuando se pacta con quienes niegan el sufrimiento de las víctimas y pretenden reescribir la historia desde la manipulación y el enfrentamiento”
El pacto se refiere a Bildu. A quienes, como es habitual, definen como “herederos del terrorismo”. Mala memoria tienen cuando, incluso ellos y ellas, reclamamos el abandono de las armas, el cambiar las bombas y pistolas por la política y las urnas. Bildu es una organización política, independentista, sí, pero legal. Mucho más legal, y comprometida con la democracia, que otras que se declaran abiertamente franquistas. La doble moral les hace olvidar el árbol genealógico del propio partido popular, con raíces en la dictadura, y a mirar para otro lado cuando se apoyan en quienes son herederos/as del franquismo y lo defienden.
Coinciden con quienes defendemos la Memoria Democrática, esa que derogan, anulan y no reconocen, cuando afirman que es imposible la justicia y la reconciliación cuando se pacta con quienes niegan el sufrimiento de las víctimas. Aquí, en lo referente a las víctimas del franquismo, han pactado con ellos y ellas mismos/as negar que las hubo (por eso ni las citan) y, para colmo, se apoyan en quienes las humillan. ¿Por qué se empeñan en que aquí, antes de 1978, no pasó nada?.
Cierto. No se puede igualar a víctimas y victimarios. Pero ¿por qué no se aplica eso a las víctimas del franquismo?. Con su doble vara de medir obvian que los crímenes terroristas son juzgados, y condenados sus autores/as, mientras que los crímenes franquistas, y quienes los cometieron, gozan de impunidad absoluta.
Con sus dosis habituales de cinismo afirman que no puede reescribirse la historia desde la manipulación y el enfrentamiento. ¿No es reescribir y manipular la historia silenciar una parte del pasado reciente?. Si no expliquen ¿por qué no está en los currículos escolares la dictadura sufrida, la sublevación y la represión franquista?. ¿Es enfrentamiento que las familias reclamen un sitio digno donde enterrar a sus muertos?.
La otra diferencia, inexplicable en una sociedad democrática, es como se reconoce y honra a las víctimas del terrorismo, cosa que apoyamos totalmente, y como se abandona en fosas, barrancos y cunetas, a las del franquismo asesinadas por defender la libertad y la democracia.
La Memoria, Verdad, Dignidad y Justicia de la que habla el PP en su ponencia política son dignas palabras pervertidas y contaminadas por la utilización sesgada que se hace de ellas.
Lamentablemente tendremos otro 18 de julio en el que no habrá ninguna condena oficial de la sublevación franquista, ni se abrirá la puerta para acabar con la impunidad y juzgar los crímenes de lesa humanidad cometidos en la dictadura.
Otro 18 de Julio que nos dice cuanto trabajo queda para que la Memoria, Verdad, Dignidad y Justicia, en vez de etiquetas en un documento, sean derechos democráticos respetados y asumidos por la ciudadanía y por los partidos que se definan democráticos.
Adolfo Barrena, Secretario de la Plataforma de Acción por la Memoria de Aragón (PAMA)
Artículo publicado en ARAINFO el 18 de Julio de 2025

